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¿Se puede o no hacer ejercicio cuando tienes gripa o estás resfriado?

El ejercicio de intensidad moderada, realizado con frecuencia y disciplina, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico para prevenir resfriados y gripas.


No siempre es bueno estar en cama con gripe, anímate a hacer ejercicio.

Siempre que tengas un hábito de hacer ejercicio de intensidad moderada de manera regular (55 min 2 – 3 veces por semana), mejora tu estado de ánimo, reduce el estrés, ayuda a: controlar tu peso corporal, a regular tus niveles de azúcar en el cuerpo, dormir mejor y regular la digestión, entre muchos otros beneficios.


Un estudio publicado en la British Journal of Sports Medicine, liderado por el Dr. David C Nieman, el cual se realizó con un grupo 1002 personas adultas entre los 18 y 85 años, durante 12 días en la temporada de otoño e invierno (que es algo similar a nuestra temporada de lluvias, incluso mas fría), demostró que el realizar ejercicio con frecuencia reduce las probabilidades de contagiarse con una infección respecto a personas con hábitos de sedentarios, y además, reduce la severidad de los síntomas.


Los niveles altos de estrés afectan nuestro sistema inmunológico, debilitándolo, pero cuando hacemos ejercicio, de manera habitual, el estrés se reduce y se fortalece el sistema inmunológico. ¡Otro punto más para hacer ejercicio!


¿Por qué el realizar ejercicio de intensidad moderada ayuda a prevenir y/o a contrarrestar la gripa o los resfriados?


Los expertos del estudio aseguran que, la causa es por el estímulo que hace el ejercicio que conduce a la mayor circulación de las inmunoglobulinas, neutrófilos y natural killers, donde estas células son las fuerzas especiales anti-infección; además, durante la sesión de ejercicio las hormonas de estrés (las cuales pueden suprimir al sistema inmune) se reducen aumentando la velocidad de recuperación (si tienes gripa o resfriado) o prevenir que te contagies.


Es decir que, si tienes gripa la ciencia nos dice que si puedes hacer ejercicio, (no ejercicio intensivo y extremo, esto afecta de manera negativa a tu sistema inmunológico) además te va a ayudar en tu recuperación, y si se hace con frecuencia te sirve como actividad preventiva, ya que a medida de hacerlo un hábito, con una buena frecuencia durante todo el año (sin importar la temporada en que estemos), se aumenta la protección contra los virus.


Otra recomendación importante es tener una dieta balanceada y rica en agua, con baja cantidad de azúcares, grasas saturadas y un consumo alto de frutas y verduras, que gracias a su cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes nos ayuda a reducir el riesgo de gripa.


Claro está que, si tienes síntomas como fiebre, dificultad respiratoria, dolor en articulaciones o en el cuerpo en general, escalofríos, dolor de cabeza o de oídos, no es recomendado hacer actividad física; o una condición especial como diabetes, hipertensión, problemas de defensas, entre otras, debes siempre asesorarte de tu médico para identificar cuando es bueno volver a tu rutina de entrenamiento.


Así mismo, si durante el desarrollo de la actividad te sientes mal, es mejor escuchar tu cuerpo y parar un par de días y descansar.

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